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Cursillos de Cristiandad > Reseña histórica > I. Génesis del Movimiento de Cursillos

100,000 jóvenes a Compostela

Cathédrale de St-Jacques-de-Compostelle24.      El verano siguiente, en Agosto de 1948, tuvo lugar la famosa peregrinación, preparada desde hacía años, de los «cien mil muchachos en estado de gracia» a Compostela. El fervor engendrado por los cursillos de peregrinos permitió a Mallorca mandar una fuerte delegación de más de 600 jóvenes; lo que era mucho teniendo en cuenta la pobreza de las familias de la isla. Lo que más caracterizaba al grupo de Mallorca, es lo siguiente: llevaban con ellos un librito titulado: « GUIA DEL PEREGRINO». De hecho, no contenía nada sobre Compostela, sino más bien oraciones cortas, ya utilizadas durante su cursillo, y redactadas en un estilo sorprendentemente directo, totalmente al opuesto de la delicadeza amanerada que caracterizaba los libros de piedad de esta época. Estas oraciones, compuestas para rezar en público, ayudaron a crear un estilo masculino de oración colectiva que no dejaba de chocar tanto a los piadosos fieles como a los incrédulos ya que de pronto descubrían que la oración no era unicamente «cosa de mujeres», pues estos jóvenes daban la impresión de «creer verdaderamente lo que decían». Don Gayá recuerda muy bien como ciertos jóvenes gritaban literalmente rezando. En  esta Guía del Peregrino, estaba entre otras, la famosa Hora Apostólica, redactada por el mismo Don Gayá, de contenido denso y sorprendente.

pèlerins en route vers Compostelle

25.      Será interesante conocer el desarrollo de esta famosa peregrinación. Había muchos cantos y oraciones a lo largo del camino, un camino bastante rudo y muy pobre por cierto, pues sufría todavía de las ruinas de las dos guerras. El 28 de Agosto de 1948, se reunieron más de 70,000 hombres y muchachos de toda Europa y aún de América Latina. En la noche de su llegada, el Papa Pio XII les dirigió la palabra por la radio. Luego, se rezó el rosario en preparación a la misa de medianoche, celebrada al aire libre. Después, todas las iglesias permanecieron abiertas para acoger a los peregrinos que deseaban pasar la noche durmiendo en las bancas... ¡cuando las había! El último acto de la peregrinación fue la santa misa pontificia celebrada el 29, por el cardenal primado de España. La mayoría de los fundadores del MCC estaban presentes (Rohloff, pág. 43).

26.      Después de la peregrinación a Compostela, el recibimiento de los 600 jóvenes peregrinos fue triunfal: 50,000 personas  esperaban la llegada del barco en el puerto. La multitud caminó hasta la Plaza de la Alcaldía y Don Gayá, en su calidad de asesor diocesano de la AC, subió al balcón para lanzar a los jóvenes otro desafío: «Fuimos a Santiago para volvernos santos, ¿y ahora qué?» Palabras que fueron repetidas en la revista SIGNO que publicaba un artículo escrito por un joven, Andrés Rullán. Este abogado  va a influir mucho sobre el ritmo del Movimiento. Aquel año, en efecto, se abandonará el gota a gota de un cursillo al año,  para realizar varios cada mes a partir de Enero de 1949. Ello era posible, gracias al apoyo de Mons. Hervás que, por medio de su secretario Don Gayá, suministraba los sacerdotes necesarios. Aquí se debe mencionar la llegada de otro pilar del Mgr Hervas, évèque de MajorqueMovimiento en la persona abbé Juan Capó Boshde Don Juan Capó Bosh, quien regresaba de Roma después de conseguir sus títulos en teología en la Universidad Gregoriana. No es fácil describir la personalidad enorme de este sacerdote cuyo contemporaneo, Francisco Forteza, afirmaba que era «uno de los seres con más cualidades que había conocido». Fue precisamente él quien iba a dirigir el retiro del cursillo de Enero de 1949, que se llamaría luego el primer Cursillo, aún cuando en realidad era el sexto.

27.      He aquí  lo que sucedió. Entre 1944 y 1948, los cursillos abreviados no se realizaban sino una sola vez al año. Por lo tanto se designaban por el año en que se llevaban a cabo, o más frecuentemente, por el lugar donde se realizaban. Pero a partir del momento en que el abogado Rullán lanzaba el ritmo de varios cursillos por año y en el  mismo lugar, tuvieron que numerarlos. Y es por ello que el Cursillo del 7 al 10 de Enero de 1949 llevó el nombre de Cursillo número UNO. 

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